viernes, 30 de octubre de 2009

Leyendas Costarricenses

Leyendas Costarricenses


El cadejos

Vení temprano le decía Juan a su padre que por sus largas borracheras no paraba en su casa ni de día, ni de noche. A lo cual contestaba este "hijo de Dios en mi casa cuídame tu a mi familia, madre que te engendró y padre respeto por Dios quiero yo".

Aburrido de estas palabras que a diario escuchaba, decidió darle un escarmiento, consiguió un cuero negro, varias cadenas de perro y se escondió a su espera.

Como siempre y de madrugada apareció su padre con tremenda borrachera, aprovechó Juan y poniéndose el cuero y sonando las cadenas quiso darle una lección.

"Por asustarme y contradecirme "cadejos" quedarás y a todos los borrachos del mundo en sus necesidades ayudarás"


La cegua

"Muchacha de divina voz que arrulla como un canto de sirena, pero que no da la cara que tiene de yegua infernal. Enamora con su arrullo a los hombres que andan por solitarios caminos. Tiene la muerte en los labios y mata besando. Alguien la ha visto bañarse en el río y peinarse las crines con una rasqueta de oro".

La llorona

De los campos a las ciudades emigran muchas jovencitas en busca de su sueño, de estudios y de tener mejores trajes y dinero para ayudar a sus familias.

Esta como muchas llegó a la ciudad y se empleo en casa de ricos, enamorándose de su hijo el cual cruelmente la dejó embarazada y luego la despidió de su trabajo.

No habiendo más que hacer, se devolvió a su casa escondiendo su hijo bajo su delantal, lo cual no logró por mucho tiempo, su familia, apegada al cristianismo, comenzó a decirle su error a todas horas, creándole gran angustia.

Una noche bajo un gran aguacero corrió hacia el río y pariéndolo lo lanzó a la corriente, al ver lo que había hecho se lanzó detrás del niño gritando y llorando.

Todavía en las noches de luna después de una creciente se oye el llanto de esta mujer, y se puede verle tras el rayo de luna en el agua del río, tratando de alcanzar a su hijo.

Dicen que el señor en su gran misericordia tendrá compasión de ella y que algún día lo alcanzará, volverá a la vida y será un gran hombre revolucionario de la sociedad.

El padre sin cabeza

Mito seguramente concebido en tiempos de la inquisición, durante la cual cortaban la cabeza a brujos, hechiceros, hombres y mujeres de mal vivir.

Dice la tradición que se le aparece a los hombres y mujeres que trasnochaban debajo de un árbol frondoso en el cual se puede ver una gran puerta de un templo.

La persona pasa la puerta y se encuentra una gran sala y al final un sacerdote cantando misa en latín.

Atraído y cargado de pecados la persona oye atentamente pero a la hora de la consagración al dar la cara el sacerdote se le ve sin cabeza y esta chorreando sangre entre sus manos.

Despavorido sale de aquel lugar y queda varias semanas sin habla, cambiando así su vida para siempre.

La carreta sin bueyes

Hoy podremos leer esta leyenda, sobre una historia de amor; donde se une lo pagano con lo religioso. Más que un mito es una forma de expresión que ha pasado en la forma oral y escrita a formar parte de nuestro acervo cultural.

Vivía en un caserío del antiguo San José, pueblo de carretas, gente sencilla y creyencera; una bruja quien estaba enamorada del más gallardo de los muchachos del pueblo.

El muchacho por su gran apego a su fe cristiana no quería tener nada con ella pero la bruja valiéndose de artificios, lo logró conquistar y así vivir con él mucho tiempo, conviertiéndolo en un ser similar a ella.

Como se puede notar nadie estaba de acuerdo con esta unión, mucho menos el cura del pueblo el cual en sus prédicas denunciaba el hecho, al pasar de los años aquel muchacho, ya mayor, tuvo una enfermedad incurable y pidió a la bruja que si se moría, le dieran los santos oficios en el templo del lugar.

Al solicitarle al sacerdote la última petición de su amado la bruja recibió la negativa debido al pecado arrastrado en su vida.

La bruja dijo por las buenas o por las malas y al morir su hombre, "enyugó" los bueyes a la carreta y puso la caja con el cuerpo muerto, cogió su escoba, su machete y se encaminó al templo.

Los bueyes iban con gran rapidez pero al llegar a la puerta, el sacerdote les dijo "en el nombre de Dios paren", los animales hicieron caso, más no la bruja la cual blasfemaba contra lo sagrado.

El sacerdote perdonó a los bueyes por haber hecho caso y la bruja, la carreta y el muerto todavía vagan por el mundo, y algunas noches se oyen las ruedas de la carreta pasando por las calles de los pueblos arrastrada por la mano peluda del mismito diablo.

Comentarios

Estas historias son parte de nuestra cultura ya que han sido desde la juventud de nuestros abuelos hasta nosotros. Por medio de este blog muchas personas pueden conocer más sobre nuestro país.

Angelik

Me parece entretenido todas las historias de nuestro país.

Steve

A mi me gusto todo esto ya que nos enseña mas sobre nuestra cultura.

Jaky

Es muy interesante ya que las demás personas podrán conocer mas de nuestra cultura.

Rakel

A mi me pareció interesante por que conocí muchas cosas.

Nacho

Conocimos muchas cosas sobre nuestra cultura antepasada.